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Mostrando entradas de agosto, 2011

La Relación de Michoacán – or “Chronicle of Michoacán” – is an exhaustive literary work about the Purépecha people and their history.

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Many of our guests at Hotel Mansión Iturbe ask us, “What’s beyond what we see in Pátzuaro?  What is the history of the Purépechas (indigenous)?  How did they live?  What were their customs?”  “[f. 39v]  Montezuma sent ten ambassadors from Mexico to meet the supreme governor Zuangua [in Ihuatzio or Tzintzuntzan].   But the ambassadors were detained on the way [by an official] at Taximaroa [at the border between what is now the State of Mexico and the State of Michoacán].  The official in Taximaroa asked the ambassadors what they wanted.  They said they wished to meet with Zuangua.  The official at Taximaroa sent a representative to the supreme governor Zuangua, who sent the ambassador back to Taximaroa with instructions to treat the ambassadors well, and allow them to proceed safely.”  (Excerpt from La Relación de Michoacán) La Relación de Michoacán is a critical part of the history of the pre-colombian latinoamericans. Although it has not been confirmed, the majority of

La Relación de Michoacán. Una obra que hace un compendio de la Historia del Pueblo Purépecha.

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       Muchos de nuestros huéspedes en Hotel Mansión Iturbe, nos preguntan que hay más allá de la Historia del Pátzcuaro, de   Don Vasco de Quiroga. ¿Qué había antes, cómo vivían los Purépechas?           Para entender la historia de Michoacán, es fundamental consultar la Relación de Michoacán, un documento que nos describe el origen, la forma de vida, que llevaban sus habitantes los Purépechas y que fue recopilado a través de testimonios orales por Fray Jerónimo de Alcalá.   “ [f. 39v] Envió Montezuma diez mensajeros de México y llegaron a Taximaroa, que venían con una embajada al cazonci llamado Zuangua, padre del que ahora murió, que era muy viejo. Y el señor de Taximaroa preguntóles qué querían. Dijeron ellos que venían al cazonci con una embajada, que los enviaba Montezuma, que habían de ir delante de él y que a él sólo se lo habían de decir. Y envió el señor de Taximaroa a hacerlo saber al cazonci, el cual mandó que no les hiciesen mal, mas que los dejasen ve